jueves, 13 de noviembre de 2014

                         
CARMEN FERNÁNDEZ PINO

                         LAS FRACTURAS ÓSEAS MÁS COMUNES EN EL FÚTBOL

Respecto  a las lesiones que se producen en el plano óseo, tenemos que hablar que en el fútbol las principales lesiones que se producen son fracturas, esguinces, traumatismos y luxaciones. Veremos en concreto las fracturas más comunes:
Fractura de los huesos de la nariz: Esta lesión suele producirse en impactos contra adversarios, compañeros y el propio balón. Suele producir fuerte hemorragia, el tiempo estimado de recuperación suele ser de un mes y por lo general el jugador cuando vuelva actuará con una mascarilla de protección.

En los huesos nasales, las suturas de los huesos o el canal del nervio nasociliar, puede ser confundidos con líneas de fractura. Es necesario saber que este canal es paralelo, mientras que la mayoría de las fracturas son perpendiculares al puente nasal

Fractura de tibia y peroné: Fractura muy dolorosa y a la vez aparatosa. Suele producirse en fuertes encontronazos tras una entrada con un adversario. En algunas ocasiones tan sólo se rompe uno de los dos huesos pero si la entrada es fuerte lo más probable es que ocurra la doble fractura. Se necesita un largo tiempo de reposo. Para volver a entrenar también necesita un tiempo de recuperación con ejercicios especiales coordinados por el médico.
La mayor parte de las roturas implican a la parte proximal del hueso (parte del hueso próximo a la rodilla) o a la parte distal (parte del hueso cerca del tobillo).

Debido a la fina cobertura de piel que recubre la tibia y el peroné (periostio), las fracturas generalmente son abiertas, es decir, el hueso roto rasga la piel, atravesándola.



Rotura de meniscos de la rodilla: Cualquiera de los dos meniscos es propenso a romperse. Es una fractura que se produce tras un encontronazo brusco con un adversario. El tiempo de recuperación es de unos tres meses aunque dependerá de la gravedad de la fractura.


Rotura de las falanges del pie: La peculiaridad que guarda este tipo de lesión se debe a que en la mayoría de los casos esta lesión se produce involuntariamente, tanto que ni el que se lesiona como el que lesiona se suelen dar cuenta hasta que después del partido se enfrían.
Son fracturas frecuentes y pueden localizarse en la base, en la diáfisis o en el cuello del metatarsiano.

En todos los deportes se producen lesiones como consecuencia directa de las acciones y movimientos que les son propios. La gran mayoría de las que ocurren en el fútbol revisten un carácter muy leve o leve. Entre las más frecuentes y en concreto en fracturas óseas destacan las que acabamos de ver. Obviamente, lo mejor es prevenirlas.


REFERENCIA





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